lunes, 15 de diciembre de 2008

Lamentaré todos mis días buscando por donde comenzar, resignaré las sensaciones, mis ojos ya no te buscarán, entre lazos que desaten, tu piel me sigue haciendo mutar, aunque tu savia me envenene jamás la podré olvidar.
Y tu adentro es mi refugio...
Adiós, hasta aquí he llegado y despiértame cada vez que me soñás. Convenceré con mis palabras al ángel que descuidó el lugar, y entre mis dedos más perversos tocaré toda tu eternidad, aunque tu norte se bifurque y tu alma no pare de sangrar, aunque tu savia me envenene jamás la dejaré de tomar.
Y todo era perfecto...
Adiós, hasta aquí he llegado y despiértame cada vez que me soñás, te amaré todos mis días, en silencio lo sabrás...